“Respirá hondo… Si no colaborás, dejá de mariconear”,los médicos a su paciente

Má, me dio una puntada”, recordó que le dijo su hijo Gustavo Ortega, un joven de 20 años que en junio de 2012 falleció tras una presunta mala praxis. Miriam Teresita Sandoval ayer en la Cámara Penal de Segunda Nominación contó cómo fueron las últimas horas de su hijo.

El banquillo de los acusados está compartido por los médicos Ricardo Monferrán (63), Luis López (39) y Alberto Ramos (37), quienes fueron imputados por “homicidio culposo”. A la vez, Monferrán y Ramos fueron coimputados también por “falsedad ideológica de documento público”. Por entonces, los médicos cumplían funciones en el Hospital San Juan Bautista. El Tribunal está integrado por Luis Guillamondegui, Silvio Martoccia y Mauricio Navarro Foressi. El Ministerio Público Fiscal es representado por el fiscal Ezequiel Walther, quien está acompañado por el abogado de la querella Daniel Ortega. En tanto que la defensa es ejercida por los abogados Fernando Contreras (en representación de Monferrán), Luis Marcos Gandini asiste a López y Gustavo Martínez Azar asesora a Ramos. Mientras que en representación del Estado provincial se encontraban los abogados del foro local Juan Manuel Zavaleta y Mauricio Fuenzalida.

Iniciado el debate, los acusados decidieron mantenerse en silencio. La misma actitud habían tenido durante la etapa de investigación. Luego, comenzó a declarar la primera ronda de testigos.

“Que se haga justicia por mi hijo. Él estaba súper bien”, expresó la madre del joven al momento de declarar, mientras tenía en sus manos un retrato de tu hijo.

Como testigo y querellante, relató que el domingo 10 de junio de 2012 su hijo comenzó a sentirse mal. “Má, me duele mucho. Me voy al Hospital de Villa Dolores. Usted quédese tranquila”, recordó que le dijo. Al rato, recibe un llamado desde este centro de salud para informarle que a su hijo había que derivarlo de urgencia al Hospital San Juan Bautista para operar. El joven presentaba “abdomen agudo”. “Le dolía terriblemente; le pusieron suero y Klosidol”, indicó.

Su hijo permaneció internado en el sector de la guardia. Al día siguiente, quería presentarse en su trabajo “para que no le pongan ausente”. Allí se descompuso y volvió al hospital. Para la madre, apenas pudo moverse porque “tenía la mejoría del Klosidol. “Ya no doy más”, le dijo a su mamá. “Yo no sabía qué hacer. Una lo pone en manos de los médicos, que son profesionales. El último día que lo vi despierto, él quería tomar agua. ¡Este médico –dijo, mientras señalaba a Monferrán- lo trató mal!”, expresó la mujer, al mismo tiempo que se quebrada en llanto. “Él era el único hijo que vivía conmigo. Le pedía llorando que haga todo lo posible para salvarlo”, aseguró, emocionada.

Tras varias horas de espera, una enfermera salió del quirófano y se acercó a ella. “Vaya allá. El chico ya no está. Retenga la historia clínica. Él tenía un buen estado de salud. Se acabó todo cuando un hijo se va así. Le llevo regalo al cementerio. Éste médico –señalando de nuevo a Monferrán- lo trató mal. Le inyectó una sonda porque tenía sed. Siempre hubo mala voluntad”, contó.

Hermanas

A su turno, declaró una de las hermanas del joven fallecido. La testigo recordó que el joven se encontraba dolorido en el hospital. “Estos hijos de p… no me hicieron”, había manifestado el muchacho, contó su hermana. “Estaba muy desesperado. No daba más. ‘Respirá hondo. Si no colaborás, dejá de mariconear’, dijo Monferrán”, aseguró la testigo.

A la vez, indicó que una enfermera le recomendó que secuestraran la historia clínica de su hermano. “En el Hospital San Juan Bautista no le dieron diagnóstico. En Villa Dolores le habían indicado ‘abdomen agudo’”, señaló.
La segunda testigo, también hermana de la víctima, aseguró que el médico Monferrán ordenó que se le realizaran análisis al joven. “Para él, era una cirrosis o una pancreatitis, según los primeros análisis. Debía esperar los nuevos”, indicó. A la vez declaró que este médico expresó que “él –por el joven- no colabora; no puede retener la respiración”.

Otro médico, a quien no pudo identificar, le había advertido que el estado de su hermano “es crítico. Hay que operar; es una apendicitis aguda. Monferrán no lo revisó; ordenó análisis”, aseguró. También, dijo que el médico se fue y ella salió a buscarlo.

Cuarto intermedio
Finalizada esta primera ronda de testigos, el Tribunal pasó a un cuarto intermedio. La audiencia se reanuda el lunes con la comparecencia de nuevos testigos.

Planteos de la defensa fueron rechazados

Ni bien se abrió el debate, el abogado defensor Martínez Azar planteó una nulidad. Argumentó que el 22 de octubre último, “por decreto”, no denegó el pedido de suspensión de juicio a prueba solicitado. Ante esta situación, reiteró el planteo.

La suspensión del juicio a prueba o probation es un derecho que la ley acuerda a ciertos y determinados individuos que han sido acusados formalmente de haber cometido un delito o más que darían lugar a la condena condicional. La idea es que se suspenda el trámite del proceso para que el sospechado cumpla con ciertas pautas de conducta y, una vez cumplidas y transcurrido el plazo de suspensión, se resuelva su desvinculación definitiva. Es decir, queda absuelto. La suspensión del juicio a prueba no se puede conceder para todos los delitos, ni tampoco a todas las personas sospechadas de cometerlos y, además, se tienen que dar varios requisitos.

El fiscal Walther se opuso al planteo. “Estamos juzgando a médicos de un hospital público. Acá no hay una víctima presente –dijo el representante del Ministerio Público Fiscal, mientras señalaba el retrato que la madre querellante tenía en sus manos-. El planteo es improcedente”, consideró.

A su turno, el abogado de la querella advirtió que en esta instancia “no se pueden desconocer los resortes procesales. Es improcedente y dilatorio. Es un hecho que sucedió hace nueve años. Acá no hay una víctima que pueda manifestarse”.

Por su parte, los defensores Contreras y Gandini adhirieron al planteo de su colega. Los abogados del Estado provincial consideraron que el interés superior es respetar y garantizar el debido proceso.

Debido a que el Tribunal resolvió diferir la decisión hasta el momento del veredicto, el defensor solicitó la recusación del presidente del Tribunal. Ante este planteo, el fiscal se opuso al considerarlo improcedente. De esta manera, se rechazó el planteo de la defensa. Luego, formalmente se dio inicio al debate.(fuente Diario el Ancasti Valentina Bassi)

Fiscal Ezequiel Walther resaltó que los imputados están con todas las garantías para defenderse no así la víctima que falleció por la supuesta mala atención en un hospital público.

El paciente Gustavo Ortega quien murió por la falta de desatención y mala praxis de los tres médicos imputados por homicidio.
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