

Con los datos aportados por el damnificado, quien habría reconocido al delincuente, los efectivos, colaborados por sus pares, se dirigieron a calle Andrés de la Vega y Castro al 1.051, inmueble donde estaba estacionado y guardado el automóvil en cuestión, propiedad de un hombre de apellido Carrizo. Al llegar, los policías dialogaron con una mujer de apellido López, quien sería la esposa del acusado, quien luego de escuchar a los policías, les permitió el ingreso a la vivienda. Así fue que hallaron el auto estacionado en el patio interno, debajo de un árbol, por lo que se preservó el lugar hasta la llegada de los sumariantes de la Unidad Judicial N° 2. Al consultarle sobre el paradero de su pareja, la mujer dijo que lo desconocía. Sin embargo, mientras la Policía trabajaba en calle General Díaz, a los fines de realizar amplia preservación del lugar del hecho, una mujer, B.C. -solo se colocarán sus iniciales por razones de seguridad-, les manifestó que encontrándose en su casa, escuchó ruidos en el fondo y, al salir, vio a Carrizo intentando abrir la puerta del garaje de la misma vivienda, quien al notar su presencia le pidió que abriera la puerta principal para luego, retirarse del interior de la vivienda desconociendo su rumbo. Después de que se marchara, la mujer fue a revisar el fondo, encontrando en el interior de un tacho de lata de 50 litros en desuso un arma de fuego tipo revólver. Al ingresar la policía y el personal judicial, procedieron al secuestro de aquella, tratándose de un revólver marca Vasper Armas Industrias Argentinas, calibre 22, con cuatro proyectiles alojados en el tambor de color plateado, elemento que fue secuestrado ya que podría tener relación con el asalto en el quiosco del barrio La Viñita.