
La excepción en el desarrollo del juego fue una ráfaga de dos minutos- entre los 11 y los 13 minutos, cuando jugaron desde el medio hacia la izquierda, Nicolás Capaldo se la robó a Aníbal Moreno, alargó hacia Edwin Cardona y este a Tevez, quien enganchó y sacó un derechazo que rozó el ángulo superior izquierdo.
A los 12 Julio Buffarini metió un buen centro desde la derecha, Tevez lo anticipó a Manuel Guanini y metió un cabezazo al medio del arco, que Alan Aguerre salvó al córner.
Y a los 13 tocaron por la derecha del área Eduardo Salvio y Tevez, quien la jugó hacia atrás para Villa, pero Santiago Gentiletti salvó su remate.
Newells volvió a dominar el juego, pero sin generar llegadas, hasta que a los 40 Boca comenzó a ganar el partido cuando Pablo Pérez perdió una pelota por un error no forzado en el medio y Salvio la metió justa para el solitario pique de Tevez por la derecha del área, quien eludió al arquero y definió con el arco vacío.
Boca se perdió el segundo en el final del primer tiempo, cuando Salvio volvió a dejar solo a Tevez, pero esta vez el arquero Aguerre lo anticipó y se lesionó, al punto que debió dejar el partido y ser reemplazado por Ramiro Macagno.
El complemento mostró otro partido porque Boca se adelantó, controló mejor la pelota en el medio y sacó numerosos contraataques que no pudo definir, entre los que se destacaron un zurdazo de emboquillada de Frank Fabra que Macagno salvó y pegó en el travesaño a los 8; un mano a mano que Macagno le sacó a Villa a los 13 y un derechazo de Salvio apenas desviado, a los 24.
Hasta que a los 30 Cardona mandó un córner bárbaro desde la izquierda y Lisandro López la metió de cabeza de emboquillada, en el segundo palo, ante el intento de Tevez, que no alcanzó a tocar la pelota antes de que entrara.
Newells buscó con los cambios pero que no generó una sola llegada clara ante un Boca intratable, que se perdió el tercero en un derechazo de Villa salvado por Macagno, a los 33, y en un furibundo derechazo de Capaldo en el poste izquierdo, a los 39.
Así, con un juego de menor a mayor, una admirable capacidad para controlar la pelota y el espacio y dos precisas apariciones de Tevez y Lisandro López, uno en cada etapa, a Boca le alcanzó y le sobró para ganarle a Newells, casi sin despeinarse.